COSPEDAL: DE PROLETARIA A COCINERA
La RAE dice que tramposo o tramposa es El/la que utiliza una estratagema o ardid para engañar a alguien con el fin de conseguir algo o de colocar al engañado en una situación comprometida o difícil.
En ningún aspecto de nuestras vidas nos gusta encontrarnos con gente tramposa porque no puedes estar tranquilo ni fiarte de ellos o ellas. Para nada para ningún aspecto ni siquiera para jugar al parchís.
Y cómo llamarían ustedes a una política que desde que nos la soltaron en Castilla La Mancha no ha hecho otra cosa que intentar engañarnos.
Que le hacen una entrevista en una emisora de radio en la que abren el teléfono a los oyentes para hacer preguntas pues una de las ciudadanas “anónimas” es la Sra. Riolobos, dirigente del PP de Castilla La Mancha, con preguntas preparadas. Una trampa
Que está siendo entrevistada en un programa de televisión y le preguntan si ella tiene plan de pensiones y responde que NO. Luego en la declaración de bienes, obligatoria en Castilla La Mancha para todos los altos cargos, se demuestra que sí. Dos trampas
Que un año ¡Oh, gran despiste! Se le olvida incluir en la declaración de bienes 27.000 eurazos. Tres trampas
Que en el debate de un programa de difusión nacional el tema a tratar son los “sueldazos de Cospedal” y hacen una encuesta en a que se participa con SMS desde el móvil. Esto es lo que pasa los militantes de NNGG votando masivamente para ver si pueden salvar lo insalvable. Cuarta trampa
Y ahora, la Sra. Cospedal decide utilizar una encuesta para contarnos a los castellanos manchegos y a los castellanos manchegas que va a ganar las elecciones.
Resulta que la encuesta no es que esté cocinada es que se ha hecho en una cocina, en la cocina de un bar que está situado en un centro comercial de un municipio madrileño. Encuesta que ha sido realizada por una empresa que hasta ese momento no había hecho otra cosa que no fueran “gambas rebozadas”. Encuesta que ha sido realizada por un empresa que cuenta con un trabajador que tiene un contrato laboral de 10 horas semanales pero que tiene que ser un máquina,….reboza gambas, pone cañas, llama por teléfono a los encuestados, recoge los datos, los analiza y les pasa el informe a la Sra. Cospedal y al sr Tirado. A lo dicho un máquina el tío. QUINTA TRAMPA
La verdad es que ha utilizado el nombre de una empresa encuestadora ficticia para como dice la RAE intentar “engañar a alguien con el fin de conseguir algo o de colocar al engañado en una situación comprometida o difícil”. Y no la vamos a dejar.
Sra. Cospedal deje de intentar tomarnos el pelo. Por favor
Hay errores y faltas, hay ética y moral; no es lo mismo la Educación Moral, en la que aprendes a distinguir lo que otros distinguen como bien y mal, y la Educación Ética, en la que aprendes a dilucidar, a resolver dilemas, a escoger entre varias opciones, de manera que respetes tus propios anhelos sin dejar de respetar los derechos de los demás.
ResponderEliminarErrar es humano, es absolutamente necesario para aprender, para crecer en sabiduría. El error enlaza con vivir con sentido nuestra vida, con rectificar cuando creemos que nos apartamos de nuestros sueños, de nuestras utopías. Aprender del error exige tener el hábito de tomar decisiones, de resolver dilemas, elegir entre algo bueno y algo bueno ¿hago esto o hago lo otro? Y ser consecuente con la elección, comprometerse con lo elegido, cargar con las consecuencias, revisar y rectificar, para volverlo a intentar… ¡el colmo de la ética!
Las faltas son frutos de la dejadez, la desidia, del desprecio a las normas y valores, al bien colectivo. Las faltas se sustentan en la primacía del interés individual sobre el social, el común. Mentir es un falta y quien lo hace carece de ética, aunque en esa moralidad aprendida valga todo con tal de conseguir el interés individual. Mentir, faltar nada tiene con armonizar los legítimos anhelos personales con el respeto a los demás.
Una persona que miente carece de ética y no puede ser depositaria de la confianza de los ciudadanos para ocuparse del bien colectivo, en su imaginario no está el “nosotros”, solo el “yo”. Conserva fresquito su egocentrismo infantil y se cree que la realidad, la vida, el mundo, son lo que ella cree que es. Confunde las ideas con las creencias, y se limita a repetir lo aprendido, no siendo capaces de generar ideas propias, y busca la seguridad en las doctrinas o en la autoridad. Cualquier credo diferente al propio, cualquier opinión diferente, le suena a desvío o a desvarío.
Definitivamente, De Cospedal rezuma moralina rancia, pero está suspensa en Ética